viernes, 16 de abril de 2010

Para terminar

En conclusión, la ludopatía es la enfermedad mental que está relacionada con el juego compulsivo, descontrolado e irresponsable, que destruye la vida de los individuos afectados como si fuese un cáncer y que además, se está extendiendo peligrosamente alcanzando porcentajes preocupantes de personas afectadas. Algo que es más preocupante aun, es que, si bien, la mayoría de ludópatas son personas adineradas y de edad avanzada, el porcentaje de adictos al juego desempleados y jóvenes crece vertiginosamente gracias al ambiente inofensivo que engañosamente los grandes casinos nos hacen ver sobre los juegos de azar. Es por todo lo anterior, que hay que tener mucho cuidado con los juegos de azar y si se participa en algún juego de este tipo, que sea solo por diversión.

Atrapado

Aunque en la mayoría de los casos los ludópatas niegan, esconden o no se dan cuenta de su problema, en algunas situaciones el adicto al juego sabe que lo está perdiendo todo y que debe dejar de desperdiciar su vida en un casino, pero esa máquina luminosa, ruidosa y en cierto sentido llamativa, lo tiene atrapado, lo incita a seguir jugando, con el pretexto que en algún momento recuperara todo lo que perdió. ¿Acaso no nota que jamás ha visto a alguien ganar una significativa suma de dinero?

Tragaperras de carne y hueso

Así terminan todos los que pierden su dinero en las tragaperras y peor aún, su vida. Se convierten en una maquina de tragamonedas de carne y hueso y en vez de arrojar monedas, escupen partes de su cerebro y de su alma.

Atractivo de las tragaperras

El atractivo de las tragamonedas consiste no sólo en la relativa frecuencia con que suenan las monedas al caer, aunque sean en poca cantidad, sino que además derrochan músicas, palabras seductoras, la proximidad de mujeres escasamente vestidas, como partes del conjunto y colores en movimiento que estimulan y atraen al posible jugador.
Después que el personaje hala la palanca, es como si hubiese introducido una gota de heroína en sus venas, su mente empieza a pedir más, sus relaciones sociales empiezan a destruirse y cuando menos se lo espera, está huyendo pues una peligrosa organización criminal lo busca por deudor moroso.

Relacion con otros problemas

A medida que se acumulan las deudas los afectados recurren a otras fuentes de dinero como el robo o el tráfico de drogas. Los préstamos con usura pueden añadir presión en la medida en que confían en estas fuentes de adquisición de capital. El afectado puede tener ideaciones suicidas por desesperación si no recibe tratamiento.
Como mencione anteriormente, los abusos son también comunes en los hogares en los que se dan casos de juego patológico. Crecer en esta situación conduce a un desarrollo emocional inadecuado y a un riesgo creciente de caer presa del juego en el futuro.
El juego patológico es semejante a otros trastornos del control de los impulsos como la cleptomanía, piromanía y tricotilomanía. Otros problemas asociados con el juego compulsivo pueden ser las relaciones sociales

Pretextos

Hay ludópatas que justifican su juego compulsivo en pretextos como que hallan placer en el hecho de jugar, otros que dicen ganar dinero jugando y también los que afirman ser unos expertos en los trucos de azar y que son capaces de detectar cuando, por ejemplo, la maquina “está caliente” por lo tanto se dispone a dar premios cuantiosos, claro eso creen ellos.
Todos sabemos que estos juegos de azar son denominados así ya que no hay forma de encontrar sistemáticamente los resultados del juego, y por tanto, apenas intervienen las habilidades de la persona para saber “cuando es que puede ganar“.
Por otro lado algunos ludópatas se excusan asegurando que jugar les libera de tensiones cotidianas, y librarse de un futuro de problemas cotidianos.

jueves, 15 de abril de 2010

¿En cuanto tiempo caen?

En un plazo de tiempo entre 2 meses y cinco años, estos jugadores que se inician en el juego pasarán a ser jugadores habituales en un porcentaje muy grande y poco estudiado, aún siendo pocos los premios que les hayan tocado, interpretando que no pierden mucho, o quizás que en el bar, bingo o casino, tienen un círculo de relaciones satisfactorias, entre otros razonamientos, mantendrán el convencimiento de que la situación de juego no se les escapa de las manos. Sin embargo la actividad de apostar repetidamente flexibilizará tanto sus prejuicios sobre lo que no harían nunca respecto al juego que habrán pasado, por ejemplo, de gastar en las tragaperras el cambio del desayuno, almuerzo, café o cerveza, fuesen 1000, 2000, 5000 pesos a jugar, habitualmente en solitario, cambios de 1’000.000, 2’000.000, 5’000.000 pesos o más, extremo que nunca se hubieran permitido cuando jugaba ocasionalmente en las mismas tragaperras.

Todo comienza así.

Habitualmente el jugador se inicia en una situación social determinada, sea con amigos, familiares o compañeros de trabajo, se puede proponer apostar de manera puntual a la máquina, ir a celebrar un aniversario o cualquier evento festivo al bingo o al casino, seguir con un modelo de tradición familiar o social, jugando combinaciones de fechas a la lotería, por ejemplo. Igualmente, es fácil que quienes a menudo entran en contacto, en los bares, con las tragaperras, se puedan iniciar solos en la dinámica de juego, ver como otros sacan el premio, intentar distraerse si están aburridos o haciendo tiempo para hacer otras actividades, sobretodo porque no interpretan que lo que hagan sea tan peligroso y es ahí donde quedan atrapados.

Peligro maquillado

A pesar de la aceptación y de la promoción social de la actividad, llamémosle proculturalidad, que genera una imagen de los juegos de apuestas como actividades de ocio, diversión, distracción y asociadas a alegría y fortuna, como si no provocasen efectos en la salud mental de los participantes, podemos evidenciar una primera contradicción; Las autoridades al prohibir el uso a menores de edad ya aceptan, implícitamente, la peligrosidad de los juegos de apuestas y eso desmonta muchas explicaciones e intentos de atribuir toda la responsabilidad al jugador, como único responsable del trastorno que padece, sea a nivel social utilizando el término vicioso para describir al enfermo, sea alegando estudios “científicos”, estadísticos o razonamientos jurídicos, por parte de los beneficiarios de la actividad o de las propias administraciones.

Break

Es tiempo de un break. No porque este cansado, sino porque necesito refrescar mis ideas. Tanto diseño algebraicomunicacionalogico ha dejado mi mente algo estropeada y es pertinente dejar que respire, además, en un canal regional televisaran un debate entre los candidatos a la Presidencia de la Republica y me parece importantísimo escuchar las propuestas y argumentos que tiene cada personaje para nuestro departamento del Valle del Cauca en particular. No siendo mas, solo me queda por decir: vuelvo en seguida.

Ludópatas en Colombia

Anteriormente se hablo de ciertos porcentajes referentes a algunos aspectos de las personas que tenían problemas con adicción al juego, pero se me escapaba un detalle supremamente importante, y es que el 3% de colombianos, es decir, 1’320.000 personas tienen ludopatía. A simple vista son pocas, pero haciendo un análisis minucioso, ese “cuasi-medio millón” es significativo, pues de 44 millones de personas, poco menos de la mitad son niños (aunque algunos de esos niños pueden ser futuros ludópatas, aun no se pueden calificar como tales), es decir, son 1’320.000 de 23 millones aproximadamente que harían el 6% y peor aún, en Cali, el 10%, y como está la situación, en la que se pone un casino en frente de otro, y la lujuria es fomentada hasta en la televisión, ese porcentaje tiende a aumentar desenfrenadamente, no solo en Colombia, sino en todo el mundo.

El primer paso está en aceptarlo

Uno de los obstáculos más difíciles cuando se trata de superar la ludopatía es la negación, es decir, la mayoría de ludópatas niegan tener un problema, y peor aún, ellos mismos creen no tener un problema, por lo que se dice que es una negación inconsciente. El individuo no ve su situación real, pues cree en cosas como: “si él se pudo salir de alcohol, yo soy capaz de dejar el juego” , además piensa que al ser un juego, es imposible crear una adicción, pero se equivoca porque no solo crea adicción, peor aún, una enfermedad.

Jugar cada vez que se pueda

Es tan lamentable el desorden mental de un individuo con ludopatía, que se llega al punto de desear jugar en cada instante, es por eso que las personas con problemas de juego patológico hacen todas sus labores de forma afanada y en algunos casos no las hacen, es decir, su única motivación para terminar sus obligaciones es el juego, generando una actitud irresponsable, pues la persona lo único que hace es trabajar para derrochar su dinero en un casino, y eso es cuando el ludópata es “leve” , porque cuando la enfermedad está muy evolucionada, el sujeto solo sale del casino para hipotecar su casa.

Imagen extraida de http://opiniontribunal.files.wordpress.com/2009/06/ludopata1.jpg

miércoles, 14 de abril de 2010

La ludopatía no es un vicio!!!!!

Aunque a simple vista la ludopatía pueda parecer un vicio, es realmente una enfermedad netamente psicológica, pues el juego en sí, es una actividad positiva que en muchos casos conlleva a un buen desarrollo de las relaciones del hombre en sociedad y que al ser convertida en algo negativo y destructivo, pasa a ser algo patológico, es por eso que para superar esta afección mental, es necesaria ayuda profesional, porque a diferencia de las adicciones, el individuo por sí solo no puede superar su situación aunque su voluntad sea demasiada.

¿Y por qué tan atractivas?

El atractivo de las tragaperras consiste no sólo en la relativa frecuencia con que suenan las monedas al caer, aunque sean en poca cantidad, sino además derrochan músicas, palabras seductoras y colores en movimiento que estimulan y atraen al posible jugador. Quienes han diseñado los programas de las máquinas conocen los mecanismos del comportamiento humano. Refuerzan de tal manera la conducta que quienes padecen alguna debilidad anterior fácilmente corren el riesgo de convertirse en adictos a ese juego y a otros.

martes, 13 de abril de 2010

No va mas...por ahora

Y despues de un largo dia el cual supe aprovechar para adelantar mi trabajo atrasado en COEII, mi mente enfurecida me dice "cálmate que no doy mas!!!" y de una manera inteligente, le hare caso, pues no quiero correr el riesgo que despues de 10 horas pensando y escribiendo, terimine orate y al final aparezca en mi blog un escrito sobre la belleza de la muñeca Barbie.

La nueva moda

Son más y más los jóvenes que cada día se introducen en el mundo de las apuestas, algo que es tan grave como las mismas drogas, ya que este tipo de comportamiento se impuso como una moda que se equipara a la manía de fumar 8 cm de veneno solo para sentirse más popular o para caerle bien a los demás.
Palabras tales como: “¿después de clase vamos al casino?” O “voy a apostar que de pronto me gano lo del almuerzo” se volvieron pan de cada día en las universidades, pues los jóvenes creen que al perder todo su dinero halando una palanca o apretando un botón se volverán más interesantes y no notan que el único interés que ganan es el de un psiquiatra que estudia los comportamientos de personas sin raciocinio.

¡Warning!


Si tan solo un cuarto de los que tocan una maquina de esas le prestaran atención a la advertencia, las victimas del azar no serian tantas, pero eh ahí el problema. El deseo de “engañar al destino” ciega a las víctimas y los hace apostar más, y mientras ellos se ilusionan con cada moneda que introducen por la pequeña abertura, dejan de lado todo, dejan de lado lo que realmente importa: su vida.

Imagen extraida de http://blogs.ozu.es/blogfiles/bacterio/2007-10-11-trgaperras.gif