Aunque en la mayoría de los casos los ludópatas niegan, esconden o no se dan cuenta de su problema, en algunas situaciones el adicto al juego sabe que lo está perdiendo todo y que debe dejar de desperdiciar su vida en un casino, pero esa máquina luminosa, ruidosa y en cierto sentido llamativa, lo tiene atrapado, lo incita a seguir jugando, con el pretexto que en algún momento recuperara todo lo que perdió. ¿Acaso no nota que jamás ha visto a alguien ganar una significativa suma de dinero?
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